Mejore su experiencia del embarazo, el parto y la maternidad aprendiendo técnicas de atención plena que le ayuden a mejorar su bienestar físico y emocional. Estas breves meditaciones, tanto formales como informales, te permiten centrarte en tu bebé y en vuestro creciente vínculo.
Meditación con tu bebé sobre su barriga
Coloca la mano sobre tu vientre y respira profundamente unas cuantas veces. Observa cómo se siente este breve momento de conexión con tu bebé. A lo largo del día, es probable que te pongas la mano en el vientre de forma instintiva o protectora; fíjate en las veces que lo haces y conviértelo en un momento de conexión consciente con tu bebé, haciendo respiraciones profundas y relajantes.
Respiración abdominal para dos
Coloca las manos sobre el vientre, cierra los ojos y respira profundamente varias veces. Con cada inhalación, imagina todo el oxígeno y los nutrientes que introduces en tu cuerpo y que compartes con tu bebé. Con cada exhalación, deja que tu cuerpo se relaje un poco más profundamente e imagina que tu bebé se relaja contigo.
Visualiza el movimiento de tu vientre con cada respiración como una forma suave de mecer y calmar a tu bebé. Sigue concentrándote en la respiración, y cada inhalación representa una toma de todo lo que tú y tu bebé necesitáis, y cada exhalación representa un soltar, una liberación de cualquier tensión o preocupación que no necesites.
Visualiza el movimiento de tu vientre con cada respiración como una forma suave de mecer y calmar a tu bebé.
Bondad amorosa para tu bebé
La bondad es una poderosa práctica de atención plena en la que enviamos deseos amables y cariñosos a otra persona. Para esta práctica, tómate un momento para pensar en lo que más deseas para tu hijo. Aunque es probable que tengas muchos sueños y esperanzas para tu bebé, piensa en las cosas más esenciales: ¿cómo quieres que se sienta, que ame, que sea tu hijo?
Puedes utilizar las frases de la práctica que aparece a continuación si te resultan útiles, o puedes añadir deseos amables o sueños propios.
Respira profundamente unas cuantas veces, pon la mano en el corazón y, imaginando a tu bebé, dite a ti misma en voz baja
«Que esté sano…»
«Que sea feliz…»
«Que estés seguro…»
«Que seas amado y cariñoso…»
«Que seas fuerte…»
«Que conozcas la bondad y la alegría».
Fíjate en lo que se siente al enviar estos amables deseos a tu bebé. Puede resultarte útil escribir un diario sobre esta práctica, o incluso una carta a tu bebé en la que le expreses tus más sinceros deseos y sueños para su increíble vida futura.
Involucra a tu pareja
A medida que el bebé crece en tu vientre, es natural que tu pareja se sienta un poco «excluida» de la experiencia. Intenta que tu pareja participe en las prácticas de este capítulo; por ejemplo, pidiéndole que coloque sus manos sobre tu vientre, que observe cómo se mueve cuando respiras y que se fije en los movimientos del bebé.
Hacia el final del embarazo, tu bebé puede oír sonidos y voces de fuera de tu cuerpo, así que anima a tu pareja a que le hable o le cante.