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22 enero, 2022 por Dr. Chamán

Ser elemental o mítico

Un elemental es un ser mítico en la obra alquímica de Paracelso en el siglo XVI. Hay cuatro categorías de elementales: Gnomos, Ondinas, Silfos y Salamandras. Éstas corresponden a los elementos clásicos de la Antigüedad: Tierra (sólido), Agua (líquido), Viento (gas) y Fuego (plasma).
Al éter (quintaesencia) no se le asignó ningún elemento. Los términos empleados para los seres asociados a los elementos alquímicos varían según la fuente y la glosa.

Paracelso y su descripción del ser elemental

El concepto paracelsiano de los elementales procede de varias tradiciones mucho más antiguas de la mitología y la religión. Se pueden encontrar hilos comunes en el folclore, el animismo y el antropomorfismo. Ejemplos de criaturas como el pigmeo fueron tomados de la mitología griega.

Los elementos de la tierra, el agua, el aire y el fuego se consideraban los elementos fundamentales de la naturaleza. Este sistema prevaleció en el mundo clásico y fue muy influyente en la filosofía natural medieval. Aunque Paracelso utiliza estos fundamentos y los nombres populares preexistentes de las criaturas elementales, lo hace para presentar nuevas ideas que amplían su propio sistema filosófico. El homúnculo es otro ejemplo de idea paracelsiana con raíces en tradiciones alquímicas, científicas y folclóricas anteriores.

El concepto de elemental parece haber sido concebido por Paracelso en el siglo XVI, aunque en realidad no utilizó el término «elemental» ni un equivalente alemán. Los consideraba no tanto como espíritus, sino como seres intermedios entre las criaturas y los espíritus, generalmente invisibles para la humanidad, pero con cuerpos físicos y comúnmente humanoides, además de comer, dormir y vestir como los humanos.

Paracelso dio nombres comunes para los tipos elementales, así como nombres correctos, que parece haber considerado algo más adecuados, «recht namen». También se refirió a ellos con términos puramente alemanes que equivalen aproximadamente a «gente del agua», «gente de la montaña», etc., utilizando todas las formas diferentes indistintamente.

El esquema de clasificación fundamental de Paracelso en la primera página del Tractatus II del Liber de Nymphis se basa en el lugar donde viven los elementales, y da los siguientes nombres:

  • Nombre correcto – (traducido)
  • Nombre alternativo – (en latín)
  • Elemento en el que vive
  • Ninfa Undina (undine): Agua
  • Sylph Sylvestris (hombre salvaje): Aire
  • Gnomo pigmeo (gnomo): Tierra
  • Salamandra Vulcanus: Fuego

En su obra alquímica del siglo XVI Liber de Nymphis, Sylphis, Pygmaeis et Salamandris et de caeteris spiritibus, Paracelso identificó a los seres mitológicos como pertenecientes a uno de los cuatro elementos. Este libro se imprimió por primera vez en 1566, después de la muerte de Paracelso, y es posible que sea pseudoepigráfico.

Escribió el libro para «describir las criaturas que están fuera del conocimiento de la luz de la naturaleza, cómo deben entenderse, qué obras maravillosas ha creado Dios». Afirma que hay más felicidad en describir estos «objetos divinos» que en describir la esgrima, la etiqueta de la corte, la caballería y otras actividades mundanas. A continuación, su espíritu arquetípico para cada uno de los cuatro elementos:

  • Gnomo, Espíritu de la Tierra: Un gnomo /ˈnoʊm/ es un espíritu diminuto en la magia y la alquimia renacentista. La palabra proviene del latín renacentista Gnomus, que aparece por primera vez en las obras del alquimista suizo del siglo XVI Paracelso. Quizá derive el término del latín Gēnomos (que a su vez representa un γη-νομος griego, literalmente «habitante de la tierra»). En este caso, la omisión de la ē es, como dice el Oxford English Dictionary (OED), un error garrafal. Otra posibilidad es que el término sea una invención original de Paracelso y que haya sido adoptado posteriormente por autores más recientes, incluidos los de la literatura fantástica moderna. Sus características han sido reinterpretadas para adaptarse a las necesidades de diversos narradores, pero normalmente se dice que es una criatura pequeña y humanoide que vive bajo tierra.
  • Undine, espíritu del agua: Las ondinas, del latín: Unda ‘una ola’, también llamadas ondinas, son elementales del agua en las obras alquímicas de Paracelso.
  • Sylph, Espíritu del Viento o Espíritu del Aire también llamado Sylphid: es un espíritu mitológico del aire. El término tiene su origen en Paracelso, que describe a los silfos como seres invisibles del aire, sus elementales del aire. No se conoce ningún mito sustancial asociado a ellas. Como la alquimia derivó del alquimista suizo alemán Paracelso, los alquimistas y los movimientos relacionados, como el rosacrucismo, siguieron hablando de silfos en su literatura hermética.
  • Salamandra, Espíritu del Fuego: La salamandra es un anfibio del orden Urodela al que, como a muchas criaturas reales, los autores premodernos le han atribuido a menudo cualidades fantásticas y a veces ocultas (como en las descripciones alegóricas de animales en los bestiarios medievales) que no posee el organismo real. La salamandra legendaria suele representarse como una salamandra típica, con forma de lagarto, pero se le suele atribuir una afinidad con el fuego, a veces específicamente con el fuego elemental. Esta criatura legendaria encarna las cualidades fantásticas que los comentaristas antiguos y medievales atribuían a la salamandra natural. Muchas de estas cualidades se basan en rasgos verificables de la criatura natural, pero a menudo se exageran en gran medida, como era habitual en las obras antiguas sobre historia natural y filosofía. A lo largo de los siglos se ha desarrollado un gran cuerpo de leyenda, mitología y simbolismo en torno a esta criatura.

Para ser admitido en el conocimiento de los rosacruces era necesario previamente que los órganos de la vista humana fueran purgados con la medicina universal. Se preparaban guantes de cristal con uno de los cuatro elementos y se exponían durante un mes a los rayos del sol. Con estos pasos los iniciados verían inmediatamente innumerables seres.

Se decía que estos seres eran más longevos que el hombre, pero dejaban de existir al morir. Sin embargo, si el elemental se casaba con un mortal se convertía en inmortal; aunque si el elemental dejaba a su cónyuge por un inmortal, el cónyuge tendría la mortalidad del elemental. Sin embargo, una de las condiciones para unirse a los rosacruces era un voto de castidad con la esperanza de casarse con un elemental.

En la actualidad hay quienes estudian y practican rituales para invocar a los elementales. Entre ellos se encuentran los wiccanos, los masones esotéricos y los seguidores de las religiones basadas en la naturaleza.

Publicado en: Sin categoría

15 enero, 2022 por Dr. Chamán

Cuerpo Sutil o Cuerpo Inmortal

Un cuerpo sutil es uno de una serie de constituyentes psicoespirituales de los seres vivos, según diversas enseñanzas esotéricas, ocultas y místicas. Cada cuerpo sutil corresponde a un plano sutil de existencia, en una jerarquía o gran cadena del ser que culmina en la forma física.

Se conoce en diferentes tradiciones espirituales: «El Cuerpo Más Sagrado» (wujud al-aqdas) y «Cuerpo Supracelestial» (jism asli haqiqi) en el sufismo, «El Cuerpo de Diamante» en el taoísmo y el Vajrayana, «El Cuerpo de Luz» o «Cuerpo del Arco Iris» en el budismo tibetano, «El Cuerpo de la Dicha» en el Kriya Yoga, y «El Cuerpo Inmortal» (soma athanaton) en el hermetismo.

Los diversos atributos del Cuerpo Sutil se describen con frecuencia en términos de un simbolismo a menudo oscuro: En el Tantra aparecen referencias al sol y a la luna, así como a diversos ríos y deidades de la India, mientras que la alquimia taoísta habla de calderos y campos de cinabrio.

La expresión «cuerpo sutil» aparece repentinamente en la literatura inglesa en torno a 1650, y aparece de forma errática hasta que deja de utilizarse hacia 1840. En ese momento, entra en uso el término más común «cuerpo sutil».

Esta última expresión va ganando adeptos gradualmente a lo largo del siglo XIX, y comienza un fuerte aumento de uso desde aproximadamente 1940 hasta la actualidad.

Es necesario seguir investigando para aclarar qué autores utilizaron la frase y qué quisieron decir con ella. La palabra «sutil», que significa «sofisticado, no obvio», en realidad no traduce directamente ningún término sánscrito. El sánscrito sūkṣma सूक्ष्म significa «fino, delgado». El sánscrito liṅga लिङ्ग significa «signo, marca, característica». Una historia de estas terminologías a través de varias lenguas clave sigue siendo un gran desiderátum (2014).

El cuerpo sutil en el esoterismo oriental

Los sistemas yóguico, tántrico y otros de la India, la psicología budista del Tíbet, así como el esoterismo chino (alquimia taoísta) y japonés (Shingon) son ejemplos de doctrinas que describen una fisiología sutil que tiene una serie de puntos focales (chakras, puntos de acupuntura) conectados por una serie de canales (nadis, meridianos de acupuntura) que transmiten el aliento (prana, vayu, ch’i, ki, pulmón).

Se entiende que estos canales y puntos invisibles determinan las características de la forma física visible. Al comprender y dominar los niveles más sutiles de la realidad se obtiene el dominio del reino físico.

Mediante la práctica de diversos ejercicios de respiración y visualización se puede manipular y dirigir el flujo de la fuerza vital, para lograr poderes sobrehumanos (por ejemplo, en las artes marciales) o milagrosos («siddhis») y alcanzar estados superiores de conciencia, inmortalidad o liberación.

El cuerpo sutil en el hinduismo

El Cuerpo Sutil (sūkṣma śarīra) en la filosofía vedántica está compuesto por tres Kosas o «vainas» (las kosas Pranamaya, Manomaya y Vignanamaya están relacionadas con el cuerpo Sutil, Annamaya con el cuerpo Bruto, Anandamaya con el cuerpo Causal).

El cuerpo sutil es el vehículo de la conciencia con el que se pasa de vida en vida. El Liṅga Śarīra es el vehículo de la conciencia en el Samkhya, el Vedanta y el Yoga posteriores, y es impulsado por las tendencias de vidas pasadas, o bhavas. Linga puede traducirse como «marca característica» o «impermanencia» y el término Sarira (Vedanta) como «forma» o «molde».

Karana o «instrumento» es un término sinónimo. En el sistema Samkhya Clásico de Isvarakrsna (alrededor del siglo IV de nuestra era), el Lińga es la marca característica de la entidad transmigrante.

Consiste en veinticinco tattvas desde la conciencia eterna hasta los cinco órganos de los sentidos, cinco de la actividad (buddindriya o jñānendriya, y karmendriya respectivamente) y los cinco elementos sutiles que son los objetos de los sentidos (tanmatras) El Samkhyakarika dice:

«El cuerpo sutil (linga), previamente surgido, no confinado, constante, inclusivo del gran (mahat) etc , a través de los elementos sutiles, no teniendo disfrute, transmigra, (debido a) estar dotado de bhavas («condiciones» o «disposiciones»)Como un cuadro (no) (existe) sin un soporte, o como una sombra (no) (existe) sin un poste y así sucesivamente; así también el instrumento (linga o karana) no existe sin aquello que es específico (es decir. es decir, un cuerpo sutil)».

La idea fue adoptada por la filosofía Vedanta y Yoga, y de ahí, en el siglo XIX, la terminología fue adoptada por la Teosofía de Madame Blavatsky. Subtilidad – El estado de ser sutil a la voluntad.

Según las enseñanzas de Meher Baba

El maestro espiritual Meher Baba afirmó que el cuerpo sutil «es el vehículo de los deseos y de las fuerzas vitales», sostuvo que el cuerpo sutil es uno de los tres cuerpos con los que el alma debe dejar de identificarse para realizar a Dios: «Al final del Camino, sin embargo, el alma se libera de todos los sanskaras y deseos relacionados con los mundos burdo, sutil y mental; y le es posible liberarse de la ilusión de ser finita, que llegó a existir debido a su identificación con los cuerpos burdo, sutil y mental. En esta etapa el alma trasciende completamente el mundo fenomenal y se vuelve autoconsciente y autorrealizada».

El cuerpo sutil en el esoterismo occidental

H. La Enseñanza Teosófica de H. P. Blavatsky representó la convergencia del ocultismo occidental del siglo XIX, la filosofía oriental, la religión, la ciencia y el misticismo. La Doctrina Secreta y La Clave de la Teosofía combinaban el concepto vedántico de los cinco koshas con las tradiciones esotéricas occidentales (especialmente el neoplatonismo). Se refiere a tres cuerpos sutiles:

  • Linga Sharira – el cuerpo doble o astral
  • Mayavi-rupa – el «cuerpo de la ilusión».
  • Cuerpo Causal – el vehículo de la Mente superior.

El Linga Sharira es el doble invisible del cuerpo humano, también denominado cuerpo etérico, doppelgänger o cuerpo bioplásmico y sirve de modelo o matriz del cuerpo físico, que se ajusta a la forma, apariencia y condición de su «doble». El linga sarira puede separarse o proyectarse a una distancia limitada del cuerpo. Cuando se separa del cuerpo puede ser herido por objetos punzantes. Cuando vuelva al marco físico, la herida se reflejará en la contraparte física, un fenómeno llamado «repercusión». Al morir, se desecha junto con el cuerpo físico y finalmente se desintegra o descompone.

El mayavi-rupa es dual en sus funciones, siendo: «…el vehículo tanto del pensamiento como de las pasiones y deseos animales, extrayendo al mismo tiempo del manas (mente) terrestre inferior y de Kama, el elemento del deseo».

La parte superior de este cuerpo, que contiene los elementos espirituales reunidos durante la vida, se funde después de la muerte enteramente en el cuerpo causal; mientras que la parte inferior, que contiene los elementos animales, forma el Kama-rupa, fuente de los «espectros» o apariciones de los muertos.

Publicado en: Chakras

8 enero, 2022 por Dr. Chamán

Reflexiones del Tarot: El Mago

La siguiente sección sobre El Mago fue escrita después de pasar una larga noche leyendo y considerando al teórico social Pierre Bourdieu.

Es relativamente fácil afirmar que el significado central de El mago es la voluntad. Cualquiera que haya estado involucrado en cualquier tipo de práctica o comunidad mágica durante algún tiempo ha oído que la magia es un cambio que se produce de conformidad con la voluntad, que uno debe poseer voluntad para hacer magia, que la magia es tan fuerte como la voluntad del mago, etcétera ad nauseum.

A veces, todo esto parece una perogrullada. Son ciertas, por supuesto, pero no creo que muchas de las personas que hacen estas afirmaciones (a menudo de forma casual y en formato de autoayuda de la Nueva Era) sean conscientes de lo profunda que es la voluntad. Al contemplar El mago, pienso en el papel que la voluntad desempeña (o no) en mi propia vida.

Cuando estudiaba música, me vi envuelto en innumerables conversaciones sobre el talento. Los músicos brillantes suelen ser descritos por los profanos como «talentosos» o «dotados», y tratados como si poseyeran algo sobrenatural. Y, en efecto, algunas personas parecen poseer aptitudes innatas que parecen casi mágicas.

el mago en el tarot

Pero en la escuela de música, veíamos las cosas de forma muy diferente a la de las personas que se sientan en nuestros auditorios o escuchan nuestras grabaciones. Detrás de prácticamente todo músico «con talento» hay miles de horas dedicadas a practicar, escuchar y analizar.

Los alumnos más «dotados» que los demás -los prodigios- casi siempre procedían de familias musicales, donde su formación comenzó antes o se llevó a cabo con mayor profundidad. Si no, simplemente pasaban más horas encerrados en las salas de ensayo que el resto de nosotros.

Aquellos que achacaban las cosas al «talento» solían excusarse de trabajar tan duro (en el caso de los compañeros celosos), creaban teologías que justificaban su especialidad innata (en el caso de los propios prodigios) o simplemente estaban desconcertados y se dedicaban al pensamiento mágico (en el caso de los no músicos).

Por lo general, nada de esto es consciente: la mayoría de nosotros creemos en el talento, aunque intelectualmente podamos explicarlo.

La Interpretación del Arcano del Mago

Cuento esta anécdota porque para mí El Mago es esa Voluntad que crea el prodigio. El prodigio lo hace parecer sin esfuerzo y desconcierta a su público, aunque intelectualmente entendamos que, obviamente, practica mucho. Lo describiríamos como talentoso o superdotado, pero eso nunca es toda la historia (y tal vez no sea parte de la historia).

En la Interpretación Trascendente, usted lo describe como «la encarnación de la entrega», y esto me parece muy acertado. Siguiendo con mi analogía con los músicos, el prodigio es un prodigio a costa de muchas otras cosas. Yo no era un prodigio, pero había días en los que ni siquiera veía la luz del sol porque estaba todo el día enterrado en un sótano de prácticas.

Nuestra voluntad nos impulsa a ser grandes en lo que sea nuestro oficio, pero a costa de un gran sacrificio personal. Renunciamos a gran parte de lo que llamaríamos «nosotros mismos» para ser grandes.

Y la mayoría de las personas, por supuesto, no son prodigios. Muy pocos de nosotros -unos pocos casi insignificantes- fuimos agraciados con las ubicaciones sociales, el tiempo y los recursos para perseguir la grandeza.

Pero yo creo (y muchos estudiosos de la educación, la psicología y la ciencia cognitiva están de acuerdo conmigo) que todos poseemos ese potencial. No todos somos El Mago, pero todos podríamos serlo o haberlo sido si se hubieran dado las circunstancias adecuadas.

Para mí, el mago es el impulso inquebrantable de seguir empujando para conseguirlo. Cada vez que pierdo el día, me olvido de comer y termino cualquier proyecto académico en el que esté trabajando, y lo hago con alegría, soy El Mago. Mi trabajo no es sin esfuerzo, pero se siente sin esfuerzo y a menudo parece sin esfuerzo para los de fuera.

Mi mejor amiga cree que soy más inteligente que ella, pero la realidad es que paso más tiempo practicando el tipo de cosas que asociamos con las personas inteligentes: leer, escribir, hacer conexiones, retener información, etc. A mí me tuvieron que enseñar a hacer esas cosas, y tuve que practicarlas durante incontables horas.

Y es la voluntad la que me impulsa a seguir haciéndolas. Ya ni siquiera se siente como una decisión que tomo todos los días: es simplemente lo que hago ahora.

Así que el significado central de El mago es la voluntad, pero para mí es más profundo que la simple decisión de hacer algo. Es más pesado que el simple acto de fijar un objetivo y decidir trabajar para conseguirlo.

La voluntad de El Mago se produce en el momento en que lo que inicialmente era una simple decisión («Voy a tocar el violín») se convierte en una parte tan importante de lo que eres que casi olvidas haber tomado esa decisión («Soy músico»).

Publicado en: Tarot

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